lunes, 8 de marzo de 2010
Los Reyes Católicos: La unidad dinástica
En 1469 tuvo lugar el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Ambos pertenecían a las familias reinantes en Castilla y Aragón donde reinaban diferentes ramas de la dinastía Trastámara.
Tras morir Enrique IV estalló la guerra civil en Castilla. La hermana, Isabel de Castilla, que contaba con el apoyo de Aragón, y la presunta hija, Juana "la Beltraneja", apoyada por Portugal, se enfrentaron en un conflicto que culminó con la batalla de Toro en 1476 y la paz de Alcaçovas con Portugal en 1479. Isabel I era reconocida como reina de Castilla.
Ese mismo año de 1479, Fernando I era coronado rey de Aragón. Culminaba la unión dinástica entre los dos reinos más poderosos de la península. Los nuevos reyes se aprestaron a conseguir la unión peninsular bajo su corona.
En enero de 1492 culminó la conquista del reino nazarí de Granada. Acababa así la Reconquista y la presencia musulmana en la península.
Con Portugal, los ya conocidos como Reyes Católicos, intentaron infructuosamente la unión matrimonial.
Finalmente, tras morir Isabel, Fernando el Católico conquistó Navarra en 1512. En 1515 se declaró la unidad de Navarra a Castilla.
Anteriormente, con la firma del tratado de Barcelona en 1493, Aragón había recuperado de Francia los territorios ultrapirenaicos del Rosellón y la Cerdaña, y, Castilla había concluido en 1496 la conquista de Canarias.
Había concluido el proceso de unificación de España. La unión era, sin embargo, una unión dinástica. Bajo los mismos monarcas, los distintos reinos siguieron manteniendo diferentes leyes e instituciones.
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