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FRENTE A FRENTE

A. René de Nicolás y García







La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.



El castellano es la lengua española del Estado.



Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.







jueves, 4 de marzo de 2010

Rajoy presenta una red de blogs para "convocar a los españoles al cambio"

Me he enterado de la siguiente noticia que me gustaría compartirla contigo:

Mariano Rajoy, ha presentado una red de blogs del Partido Popular ya que quiere "convocar a los españoles al cambio político en España" y, al mismo tiempo, tener la oportunidad de "hablar y escuchar a la gente".

Manifiesta que el político que "no escucha está muerto", por lo que ha decidido crear una red de blogs en los que pueda escuchar a la gente.

Rajoy cuenta con casi 20.000 amigos en Facebook y quiere "comprometerse con la sociedad" y escucharla a través de los blogs, porque las nuevas tecnologías "facilitan hablar con mucha más gente".

Según Rajoy, quiere llevar sus propuestas y convocar a los españoles al cambio, y los blogs son sin duda un extraordinario instrumento para hacerlo.

Apunte: a ver si de una puñetera vez el PP se pone las pilas y empieza comunicarse con la sociedad. Ya sabemos, todos, que el PSOE maneja a la perfección su propaganda...

¡Vivan nuestros políticos! ¡Viva la política! (Arturo Pérez Reverte)

La socialista Teresa Cunillera (Vicepresidenta del Congreso de los Diputados) ha contestado con una enérgica carta a Arturo Pérez Reverte. El motivo es que escribió un texto muy crítico contra los parlamentarios.

Y ésta le pide "más reflexión" y "menos exabruptos" Y a continuación el artículo que tanto la ha molestado:


Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada.

Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida.
Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio.

No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto.

Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable.

Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire.

Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.

Apunte: Ni pongo ni quito una coma… me ha parecido soberbio. Ya me encantaría que en esta España, tan amada y querida por muchos españoles, hubiera escritores y voces de la talla de Arturo Pérez Reverte.Como españolito de a pie, me quito el sombrero… Don Arturo. Aurelio René de Nicolás




CON MI DINERO NO...

España necesita a muy corto plazo incrementar el capítulo de ingresos para dominar el caballo de un déficit público desbocado que, provocado por las políticas irresponsables de nuestros gobernantes en los últimos años, nos ha llevado a un déficit del 11% sobre el P.I.B, calculándose por encima de los 100.000 millones de euros en 2009.

¿Cómo se pueden obtener nuevos ingresos para el estado? A mi modo de ver la solución es la menos mala, aquella que empobreciendo a muchos españoles, no pare el consumo, la actividad productiva y no hunda más a las clases medias, que están soportando lo peor de la crisis. En primer lugar me declaro totalmente en desacuerdo a las medidas anunciadas por el gobierno de incrementar los impuestos indirectos a través del I.V.A. que afectan a todos los españoles, pobre y ricos en igual manera. Por poner un ejemplo: el incremento del precio en la barra de pan a través de la subida de I.V.A., repercutirá en precio de la misma manera a un parado o un pensionista que al presidente de la principal empresa española. ¿Les parece justo? Para mi no es la mejor forma de abordar el problema. ¿Te parece justo? Pues a mi NO. Deberíamos hacer algo ya que el Estado somos TODOS y no los politiquillos que nos están "gobernando".

Con mi dinero NO para pagar los gastos desbordados a los que nos está llevando este Gobierno